Studies in the Scriptures

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Maná Diario Celestial

de Febrero

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de Febrero

“Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda.”   Isaías 30:21


Si hemos llegado a una encrucijada del camino (a alguna crisis en nuestra experiencia) y no sabemos si girar a la derecha o a la izquierda, debemos detenernos enseguida y oír la voz.  O, en otras palabras, debemos volvernos enseguida a la Palabra del Señor, y ponderando sus preceptos y principios, y la enseñanza de sus ilustraciones en temas que causan perplejidad, buscar aprender la voluntad del Señor, pidiendo también la guía de su Espíritu, y esforzándonos por traer a nuestra mente a una actitud amorosa, sumisa y confiada.  Z.’95-6

de Febrero 

“Porque si vivís conforme a la carne, moriréis.”   Romanos 8:13

¿Qué es vivir conforme a la carne?  Respondemos, es vivir en conformidad, y en gratificación de las inclinaciones y deseos de la caída naturaleza humana.  Y hacer esto es muy sencillo.  Todo lo que tenemos que hacer es abandonarnos con indiferencia a la corriente de la vieja naturaleza, y dejar de esforzarnos contra ella. Tan pronto como hacemos esto, comenzamos a flotar corriente abajo, y poco a poco nos encontramos con una corriente más y más rápida y una resistencia más y más difícil.  Z.’95-8

de Febrero 

“Hijo mío, está atento a mis palabras; inclina tu oído a mis razones…Porque son vida a los que las hallan, y medicina a todo su cuerpo.”   Proverbios 4:20, 22

Pocos reconocen la influencia de la mente sobre el cuerpo.  Dios ha organizado de tal manera nuestro ser que los pensamientos puros, nobles y santos en general no sólo tienen un efecto elevador y ennoblecedor sobre la constitución mental y moral, sino también una influencia vigorizante sobre el sistema físico. Y por el contrario, cada pensamiento impuro, innoble, poco santo o casto (así como cada acto) tiene un efecto directo no sólo hacia la degradación de la mente y la moral, sino también hacia la germinación de semillas de enfermedad que ya están en la constitución de la raza caída.  Z.’96-180

de Febrero 

“Y oí una voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas.”   Apocalipsis 18:4


Quienes son dignos del nombre “mi pueblo”, oirán y obedecerán la voz del Señor y saldrán de Babilonia y “no recibirán sus plagas”; porque su obediencia en huir fuera de ella tan pronto como vean la condición real de Babilonia probará que nunca estuvieron realmente de acuerdo con sus pecados.  Aquellos que permanecen después de ver Babilonia y sus doctrinas blasfemas a la luz que ahora brilla están reconocidos y confirmados como blasfemos y merecerán por completo las “plagas”, tanto o más que las “cizañas” de Babilonia, porque aquellos tienen mayor luz.  Z.’00-3

de Febrero 

“Pues la voluntad de Dios [respecto a vosotros] es vuestra santificación.”   I Tesalonicenses 4:3


Al ir a las Escrituras para determinar la voluntad de Dios, encontramos que la gran obra que Dios demanda de nosotros no es trabajar para otros, sino trabajar en nosotros mismos, sometiéndonos, conquistándonos, gobernándonos a nosotros mismos.  Todo lo demás, por lo tanto (nuestro servicio para la familia de la fe, y el hacer el bien a todo hombre, por medio de misiones locales o en el extranjero, etc.), está subordinado a este importantísimo trabajo interior.  Porque, como declara el apóstol por inspiración, aunque predicaremos el evangelio elocuentemente a otros, y aunque diéramos todos nuestros bienes para alimentar a los pobres, o nos convirtiéramos en mártires por una buena causa, sin amor, el Espíritu de Cristo y del Padre, desarrollado en nosotros como el principio que gobierna nuestras vidas, no seremos nada desde el punto de vista divino.  Z.’99-4

de Febrero

“Porque ni de oriente ni de occidente, ni del desierto viene el enaltecimiento, más Dios es el juez; a éste humilla y a aquél enaltece.”   Salmos 75:6,7


Podemos tener deseos y aspiraciones de utilidad que nunca serán gratificados.  El Señor puede ver que no podríamos sobrellevar la exaltación y el honor que buscamos.  Él conoce mucho mejor que nosotros lo que es para nuestro bien, y por eso nos hará descansar contentos en su providencia, no ociosos, sino diligentes; no descuidados, sino atentos; no indiferentes, sino llenos de un anhelo serio e intenso por hacer la voluntad de Dios; sin embargo, pacientes en la moderación, y contentos de ser rechazados y olvidados, recordando que el Señor en su propia hora bien escogida puede guiarnos hacia adelante para cumplir sus propósitos de gracia.  Z.’95-11

de Febrero

“El amor no hace mal al prójimo, así que el cumplimiento de la ley es el amor.”   Romanos 13:10


Aquel cuyo corazón no esté en armonía con esta ley del Nuevo Pacto, amor (misericordia, consideración, amabilidad, bondad), carece de la evidencia o prueba de que en cualquier sentido de la palabra es aceptado como un hijo de Dios, y un coheredero con Cristo.  Si no tenemos amor en nuestros corazones por los hermanos y amor de amabilidad y benevolencia hacia todos los hombres, y aun hacia los animales, no tenemos el espíritu que nos llevará a hacer los sacrificios necesarios bajo las condiciones presentes.  Con tales, sólo será una cuestión de tiempo que el poder del orgullo y la vanagloria, deteniéndolos en el camino del sacrificio, os apartará, y el egoísmo tomará plenamente el control.  Z.’98-201

de Febrero

“¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?”   Mateo 14:31


¿Qué puede hacerse para vencer esta falta de fe, y para poseerla y poder aumentarla?  Respondemos que, como los apóstoles de la antigüedad, debemos orar “Señor, aumenta nuestra fe”.  Y luego, actuando en armonía con la oración, cada uno debe cultivar fe en su propio corazón: (a) Refrescando su mente continuamente con las promesas divinas, familiarizándose con ellas en la Palabra del Padre; (b) buscando más y más recordar que, habiendo hecho su pacto con el Señor estas promesas son suyas, y en su corazón y con sus labios debe proclamarlas como suyas ante el Señor en oración y con acción de gracias. Debe proclamarlas en sus propios pensamientos, y en sus charlas sobre las cosas santas con los hermanos.  Z.’00-170

de Febrero

“Vuelve, oh alma mía, a tu reposo, porque Jehová te ha hecho bien.”   Salmos 116:7


Los hábitos de pensamiento del cristiano tienen mucho que ver en verdad con sus progresos o retrocesos espirituales, ya que son también índice de su estado espiritual y buenos hábitos de pensamiento que necesitan ser cultivados cuidadosamente.  Por “hábitos de pensamiento” se entiende como la condición normal a la cual la mente regresa habitualmente en los momentos de descanso mental.  Mientras estamos ocupados en los activos deberes de la vida debemos por necesidad inclinar nuestras energías mentales al trabajo que tenemos en mano, porque si hacemos algo meramente en forma mecánica, y sin concentrar nuestro pensamiento no podemos hacerlo bien; pero aun aquí, el principio cristiano, bien establecido en el carácter nos guiará inconcientemente. Pero cuando el esfuerzo del trabajo y el cuidado disminuyen temporalmente, el hábito de pensamientos establecidos como la aguja al polo, rápidamente retornará a su descanso en Dios.  Z.’95-250

10 de Febrero

“Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza.”   I Timoteo 4:12


Cada cristiano debe esforzarse por ser un modelo digno de imitación, un modelo de seriedad, empeño fiel en copiar a Cristo en su vida diaria, y de celo activo en su servicio.  No podemos esperar en la presente vida modelos de perfección, de extrema gloria y bellezas morales de la santidad.  Tal modelo sólo lo encontramos en Cristo nuestro Señor.  No es en tal sentido que Pablo dijo alguna vez, Seguidme, o Seguidnos; pero sí dijo, “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo” (I Corintios 11:1).  El apóstol fue su gran ejemplo de serio empeño para obtener la perfección, pero no de la extrema perfección que sólo tenía Cristo; y es en su celo e intensa sinceridad de esforzarse por copiar a Cristo y por realizar su voluntad que debiéramos imitarle.  Z.’95-251

11 de Febrero 

“Bienaventurados sois cuando por mí causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros mintiendo.  Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.”   Mateo 5:11-12


Oposición y persecución son los aspectos inevitables en la actividad en el servicio de Dios, y deben soportarse con razonamiento y sencillez; y cuando estos fallen en su propósito, entonces, con solemnes advertencias de los peligros de tal curso, el opositor voluntario debe ser dejado para que continué con su propio camino mientras nosotros volvemos a otros con el mensaje de salvación.  En la oposición que nuestro Señor encontró y la manera como la enfrentó, hay valiosas lecciones para todos los que son probados de manera similar.  Z.’94-368

12 de Febrero

“Más tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.”   Santiago 1:4


Ningún progreso puede obtenerse sin el ejercicio de esta gracia de la paciencia; y ninguna de las gracias adornan de manera más hermosa el carácter cristiano, o gana la aprobación de la conciencia del mundo, o glorifica al Dios de toda gracia cuya verdad la inspira.  Es el largo sufrimiento de la mansedumbre que sinceramente se esfuerza por hacer frente a la marea de la imperfección y debilidad humana, y se empeña con esmerados cuidados en recobrar la semejanza divina; es lenta en la ira y abundante en misericordia; es rápida para percibir las sendas de verdad y justicia, y pronta en caminar en ellas, es vigilante con sus propias imperfecciones y compasiva con las imperfecciones y faltas de otros.  Z.’93-295

13 de Febrero 

“El amor no piensa el mal.”   1 Corintios 13:5 (Reina-Valera 1909)


Quienquiera que descuide los mandamientos del Señor concernientes a las “malas sospechas” prepara una trampa en la cual caerá, aun cuando ande con “diligencia” en otros asuntos, porque un corazón lleno de duda y de sospecha hacia sus semejantes está más dispuesto para dudar de Dios. El espíritu de agrura y de amargura lucha contra el espíritu del Señor, el espíritu de amor; y el uno o el otro será vencedor. El mal espíritu debe ser quitado bajo pena de manchar al cristiano y de hacerlo un “reprobado”. Al contrario, si la nueva naturaleza es “victoriosa”, sucederá de esta manera: habiendo vencido las malas sospechas, se ha ganado la mitad de la batalla contra las dificultades y los problemas presentes.  Z. ’98-84

14 de Febrero 

“Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.”   Mateo 12:37


Todas nuestras palabras son tomadas por el Señor como un índice de nuestros corazones.  Si nuestras palabras son rebeldes, desleales, frívolas, ligeras, poco amables, desagradecidas, no santas o impuras, el corazón es juzgado de acuerdo a ellas, por el principio “de la abundancia del corazón, habla la boca”.  No es posible que como seres imperfectos podamos siempre ser perfectos en palabra y obra.  A pesar de nuestros mejores esfuerzos algunas veces erraremos en palabras así como también en obra, y sin embargo un perfecto dominio de nuestras palabras y caminos es algo que debe buscarse por un esfuerzo fiel y vigilante.  Z.’96-32

15 de Febrero 

“El que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en Él.”   I Juan 2:5


La prueba es la obediencia.  En la proporción que guardemos la Palabra del Señor, en la misma proporción el amor de Dios se perfecciona en nosotros; porque si hemos recibido la mente de Cristo, el Espíritu Santo, el Espíritu de Dios, el efecto será llevarnos a hacer Su buena voluntad, hasta donde nuestras habilidades lo permitan.  Y estas habilidades deben incrementarse año tras año.  Y aunque no podemos esperar ser perfectos hasta que seamos “transformados” y se nos otorguen nuestros nuevos cuerpos resucitados, sin embargo, mientras tanto, debemos mantenernos en tan cercano contacto con el Señor en el espíritu de nuestras mentes, que podemos tener continuo compañerismo con Él.  Z.’97-312

16 de Febrero 

“No damos a nadie ninguna ocasión de tropiezo, para que nuestro ministerio no sea vituperado…  Por honra y por deshonra, por mala fama y por buena fama, como engañadores, pero veraces.”   II Corintios 6:3, 8

A veces en el cumplimiento del deber, al máximo de nuestra habilidad y cuando aparentemente tenemos la bendición y el favor del Señor sobre nuestros asuntos en un grado muy marcado, súbitamente los problemas aparecen, la adversidad llega, los poderes de las tinieblas parecen triunfar, y por un momento podemos ser aparentemente culpables en el juicio de nuestros compañeros, y olvidados por la providencia divina.  Tales experiencias, sin duda, son necesarios para nosotros; porque aunque podamos cantar:

“Prefiero caminar en las tinieblas con Dios,

Que andar solo en la luz”

Sin embargo, este puede ser un alarde sin sentido a menos que pasemos por experiencias de prueba que desarrollarán tal fe, tal confianza, que nos permitan sostener la mano del Señor, y confiar en la divina providencia en la hora más oscura.  Z.’01-314

17 de Febrero 

“Llevad mi yugo sobre vosotros…  porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.”   Mateo 11:29,30
 

Aquellos que llevan este yugo tienen la garantía de la Palabra divina de que todas las cosas obran para su bien; que cuanto más pesada es la carga que debe llevarse, mayor será la bendición y la recompensa luego; cuanto más severas son las experiencias durante el tiempo presente, más brillante será la gloria, más brillante será su carácter, y más seguros estarán de ser adecuados y pulidos para el Reino Celestial.  Desde este punto de vista cada carga es ligera, porque nuestro yugo es apreciado, y es por tanto fácil y razonable; y además es tan ligera porque el Señor está con nosotros en este yugo.  Z.’00-137

18 de Febrero 

“… Jehová nuestro Dios os está probando, para saber si amáis a Jehová vuestro Dios con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma.”   Deuteronomio 13:3

El Reino sólo se promete a aquellos que por la gracia de Dios lleguen de todo corazón a ser como el Señor Jesús, que amen al Señor con todo su corazón, con toda su alma, y sean capaces de decir, “no mi voluntad, sino la tuya, oh Señor, sea hecho”.  Ninguna otra condición más que esta de plena sumisión al Señor puede hacernos aceptables para el reino; porque ninguna otra condición representa plena sumisión y pleno amor a Dios.  Y no olvidemos que todas las cosas celestiales que “ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre”, Dios las ha reservado para aquellos que lo aman sobre todo.  Z.’98-40

19 de Febrero 

“Todas las cosas son puras para los puros, mas para los corrompidos e incrédulos nada es puro; pues hasta su mente y su conciencia están corrompidas.  Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra.”   Tito 1:15, 16 (Diaglott)

Qué terrible condición es ésta, y cuán cuidadoso debe ser el pueblo del Señor, no sólo de tener corazones puros, mentes puras, sino también guardar sus conciencias muy benévolas, en estrecho acuerdo con la Palabra del Señor.  Esta condición sólo puede ser sostenida juzgándonos a nosotros mismos, estricta y frecuentemente, por la regla que Dios nos ha dado, Su ley de amor.  Z.’99-214

20 de Febrero 

“Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana.”   Santiago 1:26

Puesto que la lengua es el índice del corazón, puesto que de la abundancia del corazón habla la boca”, entonces la lengua sin freno que habla con egoísmo, envidia, amargura, jactancia, calumnia, prueba que el corazón de aquellos en el cual abundan estas características es poco santo, con graves carencias del Espíritu de Cristo, y por lo tanto, cualquier religión que éste haya obtenido es vana, ya que dicho corazón no está salvo ni está en condición de ser salvo.  Pero el Buen Doctor nos ha designado antídotos para el envenenamiento del alma, medicinas que, si son apropiadamente tomadas de acuerdo a las instrucciones endulzarán el corazón amargado.  Z.’99-215

21 de Febrero 

“Porque tú eres mi roca y mi castillo, por tu nombre me guiarás y me encaminarás.”   Salmo 31:3

Después que el Señor nos haya dado ciertas lecciones y experiencias, algunas de las cuales vienen a nosotros bajo condiciones tranquilas y apacibles, la forma de proceder debe cambiar, y la indicación de las providencias del Señor debe traer algún alivio de las condiciones que han sido tanto favorables como desfavorables en algunos aspectos, llevándonos a nuevas circunstancias y condiciones.  No es para el verdadero israelita espiritual murmurar o quejarse, o aun expresar una preferencia; sino mirar al Señor por guía.  Si puede discernir las direcciones de la divina providencia, aun cuando sea en una condición de desierto más árida e indeseable que aquella en la que estuvo previamente, debe seguir las instrucciones del Señor incuestionablemente con cánticos de fe y confianza.  Z.’02-249

22 de Febrero 

“Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora.”   Hebreos 13:5


Las oraciones egoístas son demasiado caras.  Algunos han ganado riquezas y perdido la verdad y su servicio; algunos han ganado salud pero encontraron que con ella ganaron otras pruebas no menos severas: algunos han visto que sus seres queridos fueron rescatados de las mismas garras de la muerte, pero después, desearon que Dios no hubiera contestado sus oraciones, o, mejor dicho, lamentaron el hecho de que no hubieran aceptado la sabiduría y providencias del Señor confiadamente, con contentamiento, sin quejas…  El Israel espiritual debe usar sabiamente tales cosas que están a su alcance, aceptando todos los dones de Dios con agradecimiento; pero sus peticiones deben ser por dones espirituales, incluyendo paciente sufrimiento y contentamiento de corazón.  Z.’02-250

23 de Febrero 

“Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos.”   Salmos 32:8

Una de las lecciones más importantes que el israelita espiritual debe aprender es buscar en el Señor guía para todos los asuntos de la vida, nunca intentar alguna empresa sea temporal o espiritual, sin buscar la voluntad del Señor concerniente al mismo…  Estamos marchando hacia Canaán y sabemos que otras experiencias son convenientes para nosotros y deben ser sufridas antes que podamos heredar las promesas.  La lección para nosotros es una pronta y completa obediencia a las indicaciones del Señor sin murmuraciones, con gozo; y esto sólo puede esperarse por parte de aquellos que han aprendido las lecciones previamente dadas a ellos, y sobre todas las lecciones de la fe, la confianza en el poder, bondad y fidelidad del Señor.  Z.’62-251, 249

24 de Febrero 

“Por lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.”  Romanos 8:3, 4

¡Qué alivio y consuelo hay en estas promesas!  ¡Estas son maravillosas palabras de vida, en verdad!  Nos inspiran con esperanza.  Si Dios acepta intenciones del corazón perfectas, en lugar de absoluta perfección de la carne, entonces tenemos esperanza de alcanzar el nivel de perfección…  Podemos caminar según el Espíritu, aunque, en lo concerniente a nuestros cuerpos mortales, no podemos estar a la altura de los requerimientos del Espíritu.  Nuestras mentes pueden estar a la altura del Espíritu, nuestras intenciones pueden ser perfectas; y esto es lo que nuestro Padre Celestial busca en nosotros, perfección, de intención.  Z.’02-248

25 de Febrero 

“No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.”   Mateo 4:4

Tenemos que aprender esta lección: que la vida de un hombre no consiste en la abundancia de cosas que posee (comida y ropa), sino que su vida en el más pleno, grande y alto sentido, depende de su completa sumisión a la voluntad divina, su cuidadosa atención a cada palabra que procede de la boca de Dios: cada amonestación, cada estímulo, cada promesa, es necesaria para el desarrollo de aquellos que Dios está llamando ahora a la vida eterna como coherederos con su Hijo en el Reino.  Mantengámonos, entonces, más y más como discípulos, alumnos del Señor Jesús, en recuerdo y obra de la sugerencia de este texto.  Z.’02-246,248

26 de Febrero 

“Regocijaos en el Señor siempre.  Otra vez digo: ¡Regocijaos!”   Filipenses 4:4

El gozo del cristiano nunca es excesivo, ni hay alguna vez suficientes cristianos gozosos, si se gozan en el Señor.  Este gozo no es necesariamente ruidoso, ni tampoco necesariamente lo contrario.  Implica serenidad, alegría, paz, placer del alma, y sin embargo, no significa que una demostración ruidosa sea esencial, como algunos parecen pensar equivocadamente…  Los únicos que siempre pueden estar gozosos son aquellos que están viviendo cerca del Señor, y que siempre pueden sentir su unidad con Él, y que Su protección y cuidado están sobre ellos, y que su promesa es segura, que todas las cosas obrarán para su más elevado bienestar, como Nuevas Criaturas.  Z.’03-7

27 de Febrero 

“Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres.”   Filipenses 4:5

La palabra griega aquí traducida “gentileza” parece llevar la idea de razonabilidad, y, de no exigir nuestros derechos de una forma rigurosa. Misericordia e indulgencia son ciertamente cualidades requeridas para aquellos que quieran ser miembros del cuerpo del Ungido.  Fidelidad en la realización, tanto como sea posible, de toda esta justicia será requerida, y misericordia con respecto a todos nuestros requerimientos de justicia de parte de otros debe ser nuestra regla: así seremos hijos de nuestro Padre que está en los cielos, porque Él es bondadoso y misericordioso con el ingrato.  Z.’03-7

28 de Febrero 

“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.”    Filipenses 4:6

La pregunta que puede surgir es: ¿Por qué Dios nos dará las cosas que Él ve que necesitamos si no hacemos petición ante Él y no reclamamos sus promesas?  Indudablemente porque previamente necesitamos llegar a la actitud de corazón apropiada para recibir sus favores y ser beneficiados por ellos.  Aun cuando es así, podemos estar seguros de que no apreciamos lo suficiente el divino cuidado conferido sobre nosotros hasta ahora y en el presente.  Aun en la actitud de oración y acción de gracias probablemente no discernimos la mitad de nuestras causas de gratitud, como las veremos luego, cuando comprendamos de qué manera fuimos conocidos.  Z.’03-8

 

29 de Febrero 

“Dios es amor; y el permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.”   I Juan 4:16

La justicia lleva la medida plena, pero el amor la conmueve, la insta, la colma y la desborda.  Es por lo tanto, algo que no puede demandarse, ni su falta debe lamentarse, pero debe ser agradecidamente apreciada como un favor y generosamente devuelto.  Cada uno que lo anhela, debería anhelarlo en su más alto sentido, el sentido de admiración y reverencia.  Pero esta clase de amor es lo más costoso, y la única forma de asegurarla es manifestar esa nobleza de carácter que inspiran otros que son verdaderamente nobles.  Z.’02-266

 

 

 

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